Mostrando las entradas con la etiqueta Enseñanzas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Enseñanzas. Mostrar todas las entradas

¿Son bíblicos los pactos financieros con Dios?



Pactos o "siembras"

¿Son bíblicos los pactos financieros? El primer registro de un compromiso específico de aportar recursos a Dios a cambio de bendición, está en el libro del Génesis y fue planteado por Jacob: "E hizo Jacob voto, diciendo: Si fueres conmigo, y me guardares en este viaje en que voy, y me dieres para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será de mi Dios, y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti" (Génesis 28:20-22). Este es el conjunto de versículos que utilizan como basamento quienes negocian con Dios. Ahora ¿Por qué utilizo esta expresión? Porque no encuentro otro término para designar a quienes ofrendan a Dios o a determinado proyecto cristiano con la aspiración de obtener algo a cambio. ¿Cómo se le llama a esa actitud? ¿Fe o negociar? A menos que esté equivocado y alguien me diga lo contrario, ese es un negocio más carnal que cualquiera otra cosa.

¿Hay fundamento Escritural?

¿Qué leemos en la Biblia? "Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas" (Lucas 12:29-31). Hay quienes han cambiado el orden de las prioridades y buscan primero las "añadiduras" para después servir al reino de Dios. Luego andan preguntándose por qué están espiritualmente estancados o en camino de retroceso. Los cristianos estamos llamados a testimoniar nuestra fe dependiendo de Dios y no de las estrategias orientadas a conseguir dinero. Lo más escandaloso y grave es que haya pastores que se presten a ese juego.

He escuchado, por ejemplo, decir que Cristo tenía los vestidos más lujosos de la época y que comía los manjares propios del "Rey de reyes". Inmediatamente me asaltan una serie de preguntas: ¿Por qué nació entonces en un lugar que no le pertenecía? ¿Cuál es la razón por la que, al morir, lo enterraron en una tumba prestada? En cierta ocasión el Maestro dijo: "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo sus nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza" (Mateo 8:20). BUeno, para no tomar más espacio y ya que tengo tu atención, me gustaría explicarte cuales son los pactos aceptados por Dios y cuales no.

Los pactos que si son Bíblicos

La importancia de los pactos bíblicos[*]

Es necesario una interpretación adecuada del texto en su propio contexto para permitir que el texto hable por sí solo, y así no caer en el error de colocar el concepto personal sobre este. De no hacerlo, es una falta de reverencia al autor, el cual lo estableció organizadamente para el provecho pleno del lector. Esta aplicación es necesaria para los pactos revelados en las Escrituras. La Biblia revela que a Dios le plació establecer pactos con los hombres. Esos pactos se hallan mencionados en las sagradas páginas y ellos incorporan los hechos más vitales en la relación que el hombre ha tenido con Dios a través de toda la historia. Cada pacto representa el propósito divino y constituyen una absoluta predicción, como una promesa inalterable del cumplimiento de todo lo que Dios ha determinado. En los pactos hechos por Dios al hombre, descubrimos que siempre anticiparon el futuro y tenían el propósito de ser un mensaje de esperanza para aquellos con quienes el pacto era establecido. 

Pacto con Noé (Gén 8:20-22) 

Este pacto fue hecho con Noé y sus hijos (Gén 9: 1-18). Este pacto, introdujo un nuevo principio organizado de gobierno humano por Dios como un medio de frenar el pecado. Este pacto era incondicional y mostraba el propósito de Dios para la generación subsiguiente. La provisión divina en este pacto incluía el establecimiento del gobierno humano, en el que se instituyó la pena para aquellos que tomaran la vida del hombre. Dios lo reafirmó con el orden normal de la misma naturaleza (Gén 8:22; 9:2), y al hombre le fue permitido comer carne animal (Gén 9:3-4) en lugar de vivir solamente de vegetales, como antes del diluvio. El pacto con Noé incluía lo concerniente a sus descendientes (Gén 9:25-27) y designó a Sem como el único por el cual vendría la línea divina que seguiría hasta que el Mesías se manifestara en carne (de ahí la palabra Semitas). El dominio de las naciones gentiles en la historia está establecido en lo concerniente a Jafet. El pacto de Dios con Noé introdujo el gobierno humano. 

Pacto con Abraham (Gén 12:1-3) 

El pacto con Abraham (Gén 12:1-3; 13:14-17; 15:1-7; 17: 1-8) es una de las más grandes revelaciones divinas en lo concerniente a la historia futura del ser humano, en este pacto fue dada una profunda promesa que la subdividí en tres secciones las cuales se enlazan en una sola: 

A) Le fue dada promesa a Abraham de que tendría grande descendencia (Gén 17:16), él tendría mucha bendición personal (Gén 13:14-15, 17; 15:6,18; 24:34-35; Jn 8:56), y su nombre sería grande (Gén 12:2), él personalmente sería bendición (Gén 12:2). 
B) Mediante Abraham fue hecha la promesa de que surgiría una nación grandiosa (Gén 12:2). El propósito divino aquí hace referencia a Israel, primeramente, a los descendientes de Jacob, de quienes salieron las doce tribus de Israel. A la nación mencionada le fue dada la promesa de la tierra (Gén 12:7; 13:15; 15:18-21; 17:7-8). 
C) Mediante Abraham vendría bendición al mundo entero (Gén 12:3). Eso tuvo su cumplimiento en que Israel fue el canal de la revelación divina[63], la fuente de los profetas los cuales revelarían a Dios y la Escritura[64]. 

En este pacto, la bendición sería provista mediante Jesucristo[65], quién era descendiente de Abraham[66]. La relación de Dios con Israel fue especial, Dios pronunció una maldición sobre aquellos que maldijeran a Israel y una bendición sobre aquellos quienes bendijeran a Israel[67]. El pacto con Abraham, como con el de Noé, es incondicional. Mientras que cualquier generación de Israel podía disfrutar de sus provisiones al ser obedientes, de igual forma podían ser guiados hacia la cautividad si eran desobedientes, el propósito de Dios para bendecir a Israel fue esencial para revelarse a sí mismo a través de ellos, y con eso proveyó redención a través de este para establecerlo dentro de la tierra prometida, todo depende del poder soberano de Dios y su perfecta voluntad, no del hombre. A pesar de todos los fracasos vistos por Israel en el Antiguo Testamento, Dios se reveló a sí mismo y estableció la Escritura para que finalmente naciera Cristo, viviera, muriera y se levantara en resurrección exactamente como la Palabra misma lo había anticipado. Con todo y el fracaso humano, los propósitos de Dios son ciertos en su cumplimiento. 

Pacto con Moisés (Éx 19:3-40:38) 

Este pacto fue dado a través de Moisés para Israel mientras estaban en su travesía de Egipto a la tierra prometida (Éx 20:1-31:18). En Éxodo, Dios amplió muchas porciones de la Escritura, dando a Moisés la ley para gobernar su relación con su pueblo. Estos (613 en aproximado) mandamientos están clasificados específicamente en tres divisiones principales: 

A) los mandamientos que contienen explícitamente la voluntad de Dios (Éx 20:1-26). 
B) los juicios en relación con la sociedad y vida cívica (Éx 21:1-24:11). 
C) Ordenanzas (Éx 24:12-31:18). 

La ley era un pacto condicional el cual incorporaba el principio de que, si Israel obedecía, Dios los bendecía, pero si desobedecía, Dios los disciplinaría. El Señor le dio mucho énfasis al tema en este pacto[68]. Aunque ya se había anticipado que fracasaría Israel, Él prometió no abandonar a su pueblo[69]. Este pacto era de carácter temporal, ya que terminó en la cruz de Cristo. Aunque el mismo contenía elementos de gracia, era básicamente un pacto de obras. 

Pacto Palestino (Deut 30:1-10) 

Este pacto estaba en conexión con la posesión final de la tierra por Israel. Aquí se ilustra como el pacto divino básicamente era incondicionalmente seguro en su cumplimiento; claramente tiene elementos condicionales para cualquier generación en particular. La promesa dada a Abraham[70], fue reafirmada a través del Antiguo Testamento, este pacto reafirmaba que sería la descendencia de Abraham la que poseería la tierra. Pero, a causa de la desobediencia y su fracaso, Jacob y sus descendientes estuvieron en Egipto cientos de años antes del Éxodo. Así, se mantuvo el propósito de Dios, ellos volvieron y poseyeron, por lo menos, una porción de la tierra. A causa de la negligencia a la ley divina, fueron sometidos a los cautiverios asirio y babilónico. Nuevamente conforme la soberana gracia de Dios les fue permitido volver después de setenta años de cautiverio babilónico y reposeer la tierra hasta que Jerusalén fue destruida en el 70 d.C. A pesar de los fracasos de Israel, se le da promesa que volvería a la tierra y que vivirían allí en seguridad con la bendición de Dios y nunca sería dispersa nuevamente (Ez 39:25-29; Am 9:14-15). El retorno presente de Israel a su tierra es sumamente significativo porque cumple la primera etapa del pacto, necesario para establecer el escenario para el fin de los tiempos. La vuelta de Israel será completada hasta el último hombre después de que Jesucristo vuelva y establezca su reino (Ez 39:25-29). 

El propósito de Dios en este pacto es traer a su pueblo dentro de su Tierra Prometida y el mismo es incondicional y se cumplirá al pie de la letra. El pacto palestino incluye la dispersión de Israel por la incredulidad y la desobediencia (Gén 15:13; Deut 28:63-68), los tiempos de arrepentimiento y restauración (Deut 30:2), su recolección (Deut 30:3; Jer 23:8; 30:3; 31:8; Ez 39:25-29; Am 9:9-15; Hch 15:14-17), su restauración a su tierra (Is 11:11-12; Jer 23:3-8; Ez 31:21-25; A 9:9-15), la conversión y restauración nacional y espiritual (Os 2:14-16; Rom 11:26-27), la seguridad y prosperidad como nación (Am 9:11-15) y el juicio para los opresores (Is 14:1-2; Joel 3:1-8; Mt 25:31-46). 

Pacto con David (2 Sam 7:5-17) 

Este pacto (2 Sam 7:5-17; 1 Cro 17:3-15) era de carácter incondicional. Dios prometió a David un linaje real y eterno, un trono y un reino para siempre. En la declaración de este pacto el Dios de Israel se reserva de interrumpir el actual reinado de los hijos de David y si era necesario el castigo (2 Sam 7:14-15; Sal 89:20- 37); este pacto perpetuo no podía ser quebrantado. Al igual que el pacto hecho a Abraham garantizaba a Israel una identidad eterna (Jer 31:36) y la posesión de la tierra (Gén 13:15; 1 Cro 16:15-18; Sal 105:9-11), así el pacto hecho a David garantizaba un trono y reino eterno (Dan 7:14). Desde el momento en que este pacto fue establecido y confirmado por el juramento divino (Hch 2:30), hasta el nacimiento del Mesías, a David no le faltó hijo que se sentase en el trono (Jer 33:21). El Hijo de Dios (Jesús) conocido como Hijo de David[71], siendo el heredero justo en carácter propio de aquel trono y el Único que se sentaría en mismo (Lc 1:31-33), Cristo completa el cumplimiento de este pacto hecho a David de que un hijo se sentaría en este trono para siempre. 

Este pacto es el más importante ya que asegura el reino del milenio, en el cual reinará Jesús sobre toda la tierra. La promesa de este pacto a David establece que él será resucitado, y reinará por debajo de Jesucristo como un príncipe (Jer 23:5-6; Ez 34:23-24; 37:24). El pacto a David no es cumplido por Jesús reinando en su trono en los cielos, ya que es imposible que David se sentase en el trono junto al Padre. Es en sí un reino y trono terrenales (Mt 25:31). Este pacto es, por consiguiente, la clave del programa divino que aún está por cumplirse escatológicamente. 

Pacto Nuevo (Jer 31:31-34; Mt 26:28) 

El nuevo pacto fue profetizado en el Antiguo Testamento y tendrá su cumplimiento primario en el milenio y es incondicional (Jer 31:31-33). Este pacto es hecho «con la casa de Israel y con la casa de Judá[72]». Este pacto contrasta con el pacto con Moisés, el cual Israel quebrantó[73]. En este pacto prometió Dios: «Después de aquellos días, dice Jehová: Daré mis leyes en sus corazones, y en sus almas las escribiré; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo[74]». A causa de esta revelación divina y su voluntad para con los suyos, sigue en aclaración: «y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado[75]». Este pasaje anticipa las circunstancias ideales donde Cristo reinará, y todos conocerán los hechos acerca de Él. No será necesario hablar de Él y sus obras, porque los hechos acerca del Señor serán universalmente conocidos. Este será un período en el cual Dios perdonará a Israel (creyentes israelitas) y les bendecirá en abundancia. En esta descripción del pacto dada en Jeremías, se puede entender que el mismo no está en cumplimiento, ya que la iglesia ha sido capacitada y comisionada para ir por todo el mundo y predicar el evangelio a causa de la ignorancia universal de la verdad divina. El nuevo pacto se basa en la muerte y derramamiento de la sangre de Cristo. Este pacto garantiza todo lo que Dios se propuso hacer para los hombres en la persona del Hijo. Se puede ver en dos aspectos: 

A) Él salvará, preservará y presentará en la gloria, a los creyentes conformados a la imagen de Cristo. El hecho de que se necesite creer en Cristo para salvación en su gracia no es una condición en el nuevo pacto. El acto de depositar la fe en Cristo no es una parte condicional del pacto como muchos afirman, es más bien la base sobre la cual el creyente es admitido por su soberana elección para disfrutar de las bendiciones posicionales y eternas que el pacto ofrece en la persona del Hijo. El pacto no es para los no regenerados, sino para creyentes, y promete que a favor de ellos estará la fidelidad divina sobre ellos. «El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo[76]» y toda promesa semejante a ésta, relacionada con el poder que Dios manifiesta en la preservada salvación de los suyos, parte de este pacto de gracia es su fidelidad en preservar a sus hijos. 

Lo que la Escritura afirma sobre ello es que se tiene en vista para el hombre una salvación que, garantizada en perfecta preservación en el mundo, y la presentación final en su gloria de los que son lavados por la sangre de Cristo. Hay quienes afirman la importancia de la voluntad humana, y enseñan enfáticamente que la salvación y preservación de esta depende condicionalmente de la cooperación de la voluntad humana con Dios. Esto puede ser razonable para la mente corrupta del ser humano que busca ser semejante a Dios en todo, pero no está nada acorde con lo que Dios mostró en la Escritura[77]. Dios estableció incondicionalmente lo que Él hace a favor de los que confían en Él (Jn 5:24; 6:37; 10:28). 

Lamentablemente la corriente en la cual muchos creyentes han sido arrastrados incluye el dominio absoluto del corazón humano por sobre la fidelidad soberana de Dios de preservar a sus hijos conforme su promesa inquebrantable. Ahora, es importante notar que Dios dejó un lugar para el libre ejercicio de la voluntad humana para sus asuntos personales, pero no para lo divino. Dios ayuda a la voluntad humana a tomar un rumbo correcto en la dirección Escritural, y los redimidos son conscientes de que tanto su salvación como su servicio están en completa armonía con la elección divina en ellos, y en base a ello pueden actuar como respuesta[78]. Es cierto que Dios gobierna la voluntad del hombre (Jn 6:44; Fil 2:13); pero al mismo tiempo la Escritura afirma que Dios apela a la voluntad humana y hace en cierto sentido que conforme la decisión de la persona se disfrute su divina bendición (Jn 5:40; 7:17; Rom 12:1; 1 Jn 1:9). 

La Escrituras habla incuestionable y enfáticamente sobre la soberanía de Dios. Él predestinó en su preeminencia perfecta y soberanía lo que vendrá, y su propósito tendrá que realizarse determinadamente, en Él no hay desilusión porqué todo lo conoce, el propósito eterno y la perfecta realización de este siempre se llevan a cabo sin importar lo que el hombre haga o deje de hacer, Dios es soberano[79]. Es sumamente fatal la pretensión de querer desalojar al soberano Dios de su trono. La voluntad humana está bajo el dominio divino; es sumamente irrazonable creer que la soberanía divina está por debajo de la voluntad humana, eso sería tratar de sujetar a Dios conforme nuestro deseo, eso es errar. Los que creen ya son salvos y seguros por siempre, porque así fue determinado por Dios en su pacto incondicional establecido en el Hijo. 

B) La salvación futura de Israel es prometida en el nuevo pacto incondicional[80]. Esta salvación se efectuará sobre la base de la sangre que Cristo derramó en el calvario. Por medio de su sacrificio, Dios es libre para salvar a una nación como lo es para salvar a un solo individuo. Cristo representó a Israel como un tesoro escondido en un campo. El campo es una figura del mundo. Cristo fue quien vendió todo lo que tenía, a fin de poder comprar el campo y poseer el tesoro que estaba oculto en el mismo[81]. 

En la consideración de los pactos dados por Dios en la Escritura es imposible decir que se está dando demasiado énfasis a la soberanía de Dios en relación con lo incondicional, o que se da demasiado énfasis al absoluto fracaso humano en lo que toca a los pactos condicionales. Se puede estar seguro de que todo lo que Dios se comprometió hacer incondicionalmente, Él lo hará con todo lo que conlleva la perfección de su soberano y eterno Ser. 

Otros teólogos como L. S. Chafer afirmaron sobre otros dos pactos antes del pacto con Noé, y estos eran el “Pacto Edénico” y el “Pacto Adámico”. El expuso lo siguiente: “El pacto edénico fue el primer pacto que Dios hizo con el hombre (Gn 1:26-31; 2:16- 17), y fue un pacto condicional con Adán en el cual la vida y bendición o la muerte y la maldición dependían de la fidelidad de Adán. El pacto edénico incluía el dar a Adán la responsabilidad de ser el padre de la raza humana, sojuzgar la tierra, tener dominio sobre los animales, cuidar del huerto y no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por haber fracasado Adán y Eva al comer de la fruta prohibida, fue impuesta la pena de muerte para la desobediencia. Adán y Eva murieron espiritualmente de inmediato y necesitaron nacer de nuevo para poder ser salvos. Más tarde también murieron físicamente. Su pecado hundió a toda la raza humana en un molde de pecado y muerte. El pacto adámico fue hecho con el hombre después de la caída (Gn 3:16-19). Este es un pacto incondicional en el que Dios declara al hombre lo que será su porción en la vida por causa de su pecado. Aquí no hay lugar para ninguna apelación, ni se implica responsabilidad alguna de parte del hombre. Como un todo, el pacto provee importantes rasgos, los cuales condicionan la vida humana desde este punto en adelante. Incluido en este pacto está el hecho de que la serpiente usada por Satanás es maldita (Gén 3:14; Rom 16:20; 2 Cor 11:3, 14; Ap 12:9); se da la promesa del Redentor (Gén 3:15), la cual es luego cumplida en Cristo; se detalla el lugar de la mujer en cuanto a estar sujeta a una concepción múltiple, al dolor y la pena en la maternidad, y en cuanto a la posición del hombre como cabeza (Gén 1:26-27; 1 Cor 11:7-9; Ef. 5:22-25; 1 Ti. 2:11-14). El hombre debería, en lo sucesivo, de ganar el pan con el sudor de su frente (Gén 2:15 con 3:17-19); la vida del hombre sería dolorosa y con la muerte por final (Gén 3:19; Ef 2:5). Por un período bastante extenso, el hombre continúa desde ese punto en adelante viviendo bajo el pacto adámico[82]”. 

Se puede resumir los pactos de esta forma 
  • El pacto eterno, (Heb 13:20): el pacto redentor antes de los inicios de los tiempos. 
  • El pacto adámico, (Gén 3:14-19): el pacto que condicionaba la vida del hombre caído en la esfera terrícola. 
  • El pacto a Noé, (Gén 8:20-9:6): la preservación de la vida humana y su gobierno. 
  • El pacto abrahámico, (Gén 12:1-3): la promesa al respecto de la bendición y la simiente. Confirmado en (Gén 13:14-17, 15:1-7, 17:1-8). 
  • El pacto mosaico, (Éx 20:1-31:18): el pacto legal dado exclusivamente a los hijos de Israel era las leyes que debían gobernar todos los aspectos de su vida. 
  • El pacto palestino, (Deut 30:1-10): regulaba la posesión y disfrute de la tierra de Canaán por parte de Israel. 
  • El pacto davídico, (2 Sam 7:4-17, 1 Cro 17:4-15): regulaba el reino terrenal temporal de David y el eterno posterior. 
  • El pacto nuevo, (Jer 31:31-33; Mt 26:28; Mr 14:24; Lc 22:20; Heb 8:8-12): el pacto de la bendición milenaria para Israel establecido en la muerte de Cristo. 
El conjunto de todo lo antes mencionado con los pactos vistos, demuestra que el medio perfecto por el cual Dios comunica a sus criaturas con facultad intelectual su voluntad y propósitos es las Escrituras.
[*La importancia de los pactos bíblicos: Tomado del libro Teología Bíblica Sistemáatica y Expositiva. Cap I. Bibliología. Pgs 43-51]"

Conclusión, respondiendo la pregunta sobre si ¿Son bíblicos los pactos financieros con Dios? tajantemente se responde que No hay basamento bíblico para que en el nombre de Cristo, se hagan ese tipo de colectas. Y voy más allá: estoy convencido que antes que un beneficio, le causan un enorme perjuicio a la causa del evangelio.

5 errores de la teología de la prosperidad



Hace más de un siglo Charles Spurgeon, hablándole a la más grande congregación de su tiempo, dijo:
«Creo que es anticristiano y profano para cualquier cristiano vivir con el objetivo de acumular riquezas. Dirás: “¿No debemos esforzarnos por conseguir todo el dinero que podamos?”. Podrías hacerlo. No me cabe duda que, al hacerlo, tú puedas servir la causa de Dios. Pero lo que dije fue que vivir con el objetivo de acumular riqueza es anticristiano».
Sin embargo, a través de los años, el mensaje que se ha estado predicando en algunas de las iglesias más grandes del mundo ha cambiado; de hecho, un nuevo supuesto evangelio se está enseñando a muchas congregaciones hoy. A este evangelio se le han adscrito muchos nombres, tales como «el evangelio del decláralo y recíbelo», «el evangelio del písalo y arrebátalo», «el evangelio de la salud y las riquezas», «el evangelio de la prosperidad» y «la teología de la confesión positiva (Palabra de fe)». No importa el nombre que se use, la esencia de este nuevo evangelio es la misma. En pocas palabras, este egocéntrico «evangelio de la prosperidad» enseña que Dios quiere que los creyentes estén físicamente sanos, sean materialmente ricos y personalmente felices. 

Los portavoces más conocidos del evangelio de la prosperidad asumen esta postura o inclinación «Creen que es la voluntad de Dios para todos prosperar porque lo ven (fuera contexto) en la Palabra, no porque haya funcionado poderosamente para otra persona. Creyendo así que ponen los ojos en Dios para que reciban el poder para obtener riqueza». Los maestros del evangelio de la prosperidad animan a sus seguidores a orar e incluso a demandar a Dios un florecimiento material.

Cinco errores teológicos del evangelio de la prosperidad

En este artículo se busca revisar cinco doctrinas sobre las cuales los defensores del evangelio de la prosperidad se equivocan. Al discernir estos errores con respecto a las doctrinas claves, se espera que los lectores de este artículo vean claramente los peligros del evangelio de la prosperidad. 

El pacto Abrahámico es un medio para el derecho material.

El primer error que consideraremos es que el evangelio de la prosperidad ve el pacto Abrahámico como un medio para el derecho material. El pacto Abrahámico (Gn. 12, 15, 17, 22) es una de las bases teológicas del evangelio de la prosperidad. Es bueno que los teólogos de la prosperidad reconozcan que gran parte de la Escritura es el registro del cumplimiento del pacto Abrahámico, pero es malo que no mantengan una visión ortodoxa de este pacto. Tienen una visión incorrecta del inicio del pacto; más significativamente, tienen una visión errónea de la aplicación del pacto.

Edward Pousson expresó mejor la visión de la prosperidad sobre la aplicación del pacto Abrahámico cuando escribió: «Los cristianos son hijos espirituales de Abraham y herederos de las bendiciones de la fe… Esta herencia abrahámica se desenvuelve principalmente en términos de beneficios materiales». En otras palabras, el evangelio de la prosperidad enseña que el propósito primordial del pacto Abrahámico era que Dios bendijera a Abraham materialmente. Ya que los creyentes son ahora los hijos espirituales de Abraham, han heredado estas bendiciones financieras.

El maestro de la prosperidad, Kenneth Copeland, escribió: «Como el pacto de Dios ha sido establecido, y la prosperidad es una provisión de este pacto, ¡tú tienes que tomar conciencia de que la prosperidad ahora te pertenece!». Para respaldar esta declaración, los maestros de la prosperidad apelan a Gálatas 3:14, que se refiere a: «las bendiciones de Abraham que vienen sobre los gentiles en Cristo Jesús». Es interesante, sin embargo, que en sus apelaciones a Gálatas 3:14, los maestros de la prosperidad ignoran la segunda mitad del versículo, que dice: «a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu». En este versículo Pablo le recordaba claramente a los Gálatas la bendición espiritual de la salvación, no la bendición material de la riqueza.

La expiación de Jesús se extiende hasta el «pecado» de la pobreza material.

Un segundo error teológico del evangelio de prosperidad es una visión defectuosa de la expiación. El teólogo Ken Sarles escribe: «el evangelio de la prosperidad afirma que tanto la curación física como la prosperidad financiera han sido provistas en la Expiación». Esto parece ser una observación precisa a la luz del siguiente comentario del falso maestro Kenneth Copeland: «el principio básico de la vida cristiana es saber que Dios ha puesto nuestro pecado, malestar, enfermedad, tristeza, angustia y pobreza sobre Jesús en el Calvario». Este malentendido del alcance de la expiación proviene de dos errores que cometen los proponentes del evangelio de la prosperidad. En primer lugar, muchos de los que se aferran a la teología de la prosperidad tienen un concepto erróneo fundamental de la vida de Cristo. Por ejemplo, el maestro John Avanzini proclamó: «Jesús tenía una casa bonita, una casa grande», «Jesús manejaba mucho dinero» e incluso «vestía ropas de diseñador». Es fácil ver cómo esa visión deformada de la vida de Cristo podría llevar a un concepto igualmente deformado sobre la muerte de Cristo.

Un segundo error que conduce a una visión errónea de la expiación es una interpretación errónea de 2 Corintios 8:9, que dice: «Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos». Si bien una lectura superficial de este versículo puede llevar a creer que Pablo estaba enseñando acerca de un aumento en la riqueza material, una lectura contextual revela que Pablo estaba enseñando el principio opuesto. De hecho, Pablo estaba enseñando a los corintios que, puesto que Cristo realizó tanto por ellos a través de la expiación, ellos debían vaciarse de sus riquezas al servicio del Salvador. Esta es la razón por la cual solo cinco cortos versículos más tarde Pablo instaría a los corintios a dar sus riquezas a sus hermanos necesitados, escribiendo «para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos» (2 Co. 8:14).

Los cristianos dan para obtener compensación material de Dios.

Un tercer error del evangelio de la prosperidad es que los cristianos deben dar para obtener compensación material de Dios. Una de las características más llamativas de los teólogos de la prosperidad es su aparente fijación con el acto de dar, pactar, diezmar y dar sus primicias. Los estudiantes del evangelio de la prosperidad son instados a dar generosamente y se enfrentan a declaraciones tan piadosas como: «La verdadera prosperidad es la habilidad de usar el poder de Dios para satisfacer las necesidades de la humanidad en cualquier esfera de la vida» y «hemos sido llamados a financiar el avance del evangelio en el mundo».

Si bien estas declaraciones parecen ser loables, este énfasis en dar se basa en motivos que son todo menos filantrópicos. La fuerza que impulsa esta enseñanza sobre el dar es a lo que el maestro de la prosperidad Robert Tilton se refirió como la «Ley de la compensación». Según esta ley, supuestamente basada en Marcos 10:30, los cristianos necesitan dar generosamente a otros porque cuando lo hacen, Dios devuelve más a cambio. Esto, a su vez, conduce a un ciclo de prosperidad cada vez mayor.

Como dijo la falsa maestra Gloria Copeland: «Si das $10 recibirás $1,000, si das $1,000 recibirás $100,000… En resumen, Marcos 10:30 es un muy buen negocio». Es evidente, entonces, que la doctrina de dar del evangelio de la prosperidad se fundamenta en motivos defectuosos y totalmente egoístas. Si bien es cierto que Jesús enseñó a sus discípulos a dar, sin esperar nada a cambio (Lc. 10:35), los teólogos de la prosperidad enseñan a sus discípulos a dar porque conseguirán un gran retorno de su inversión.

La fe es una fuerza espiritual auto-generada que conduce a la prosperidad.

Un cuarto error de la teología de la prosperidad es su enseñanza de que la fe es una fuerza espiritual auto-generada que conduce a la prosperidad. Mientras que el cristianismo bíblico entiende la fe como la confianza en la persona y obra de Jesucristo, los maestros de la prosperidad adoptan una doctrina muy diferente. En un libro escrito por el mismo falso maestro Kenneth Copeland libro The Laws of Prosperity [Las leyes de la prosperidad] escribe: «La fe es una fuerza espiritual, una energía espiritual, un poder espiritual. Es esta fuerza de fe la que hace funcionar las leyes del mundo espiritual… Hay ciertas leyes que gobiernan la prosperidad revelada en la Palabra de Dios. La fe hace que esas leyes funcionen». Obviamente, esto es un entendimiento defectuoso, e incluso herético, de la fe. Según la teología de la prosperidad, la fe no es un acto de la voluntad otorgado por Dios y centrado en Dios. Más bien es una fuerza espiritual humanamente forjada, dirigida a Dios. De hecho, cualquier teología que considere la fe únicamente como un medio para el logro material antes que para la justificación ante Dios debe ser juzgada como defectuosa e inadecuada.

La oración es una herramienta para forzar a Dios a conceder prosperidad.

Finalmente, el evangelio de la prosperidad trata la oración como una herramienta para forzar a Dios a conceder prosperidad. Los predicadores del evangelio de la prosperidad a menudo notan que «no tenéis lo que deseáis, porque no pedís» (Stg. 4:2). Los defensores del evangelio de la prosperidad animan a los creyentes a orar por el éxito personal en todas las áreas de la vida. Otro Falso maestro Creflo Dollar escribe: «Cuando oramos, creyendo que ya hemos recibido lo que estamos pidiendo, Dios no tiene otra opción que hacer lo que le pedimos… Es una clave para obtener resultados como cristiano». Ciertamente las oraciones para la bendición personal no son intrínsecamente erróneas, pero el énfasis excesivo del evangelio de la prosperidad en el hombre convierte la oración en una herramienta que los creyentes pueden usar (según su errado entendimiento) para obligar a Dios a conceder sus deseos.

Dentro de la teología de la prosperidad, el hombre—no Dios—se convierte en el enfoque de la oración. Curiosamente, los predicadores de la prosperidad a menudo ignoran la segunda mitad de la enseñanza de Santiago sobre la oración que dice: «Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites» (Stg. 4:3). Dios no responde a peticiones egoístas que no honran su nombre. Ciertamente, todas nuestras peticiones deben ser presentadas a Dios (Fil. 4:6), pero el evangelio de la prosperidad se centra tanto en los deseos del hombre que puede llevar a la gente a hacer oraciones egoístas y superficiales que no traen gloria a Dios. Además, cuando se combina con la doctrina de la fe de la prosperidad, esta enseñanza puede llevar a la gente a tratar de manipular a Dios para obtener lo que quieran—una tarea inútil. Esto está muy lejos de orar para que se haga la voluntad de Dios.

Un falso evangelio

A la luz de la Escritura, el evangelio de la prosperidad es fundamentalmente defectuoso. En el fondo, el evangelio de la prosperidad es en realidad un evangelio falso debido a su visión defectuosa de la relación entre Dios y el hombre. En pocas palabras, si el evangelio de la prosperidad es verdadero, la gracia es obsoleta, Dios es irrelevante y el hombre es la medida de todas las cosas. Ya sea que estén hablando del pacto Abrahámico, de la expiación, del dar, de la fe o de la oración, los maestros de la prosperidad convierten la relación entre Dios y el hombre en una transacción de dar para recibir. Como James R. Goff señaló, Dios es «reducido a una especie de “botones cósmicos” atendiendo a las necesidades y deseos de su creación». Esta es una visión totalmente inadecuada y no bíblica de la relación entre Dios y el hombre.

¿Cual es la visión bíblica de la masturbación?


Al pensar en una visión bíblica de la masturbación, primero debemos reconocer que no hay un versículo bíblico que diga que la masturbación es un pecado. Sin embargo, hay varios principios bíblicos que pueden guiarnos en la evaluación de una visión bíblica de la masturbación.

El sexo y la sexualidad no fueron creados por Dios principalmente para nuestro propio placer.

Dios creó el sexo y la sexualidad como un regalo maravilloso que debe darse a nuestra compañera o compañero de vida. Este regalo nos une de una manera especial e íntima. Es algo que Dios quería que experimentáramos en una relación con la otra persona. Cuando lo usamos individualmente, hemos torcido algo maravilloso, y hay algunos peligros que luego entran.

En 1 Corintios 7:3-4, Pablo dice: "El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer." Nuestros cuerpos y nuestra sexualidad no son nuestros para usar para nuestro propio placer, así que, si eres una persona casada, la masturbación priva a tu esposa(o) de algo que se supone debes recibir tú.

De manera similar, Proverbios 5:18-20 nos dice: "Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud..., sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre…" La masturbación, lleva a la persona casada a encontrar satisfacción en otro lugar que no es su cónyuge... y puede conducir a menudo sus afectos lejos de ella o él, de modo que sea cautivado(a) por algo o alguien más.

La masturbación actúa con el pecado del egoísmo.

Todos somos propensos al egoísmo por naturaleza, y la masturbación parece alentar esta llama. También tiende a aislarnos. Nos retiramos y nos concentramos en nosotros mismos. "¿Qué es bueno para mí? ¿Qué realmente me excita?” Estos pensamientos generan una actitud que es contraria al amor bíblico. El amor bíblico implica dar para las necesidades del otro sin esperar nada a cambio. El amor es dar sin esperar recibir.

La actividad del autoerotismo por naturaleza es una actividad de "obtener" en lugar de una actividad de "dar". Empezamos a pensar que no necesitamos otra relación humana en esa área. Sin embargo, este regalo estaba destinado a ser parte del "pegamento" que nos uniría a otra persona en lugar de a nosotros mismos. La masturbación va en contra de eso y alimenta el aislamiento egoísta. Leemos en 1 Corintios 13:5, "El amor no busca lo suyo." La masturbación busca lo suyo. Romanos 15:2-3 dice, "Cada uno de vosotros agrade a su prójimo (su cónyuge es su prójimo más cercano) en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.".

Filipenses 2:3-4 conduce a esta meta. "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.".

La masturbación puede usarse como escape o refugio que no sea Dios.

Cualquiera de las cosas buenas que Dios nos ha dado (comida, bebida, sexo, trabajo) puede llegar a ser pecaminosa si se usa como un lugar de refugio en lugar de volverse a Dios. La masturbación a menudo se utiliza de esa manera, especialmente con los jóvenes. Es rápido, fácil y da una gratificación inmediata. Eso en sí mismo debería enviar algunas señales de peligro. Los hábitos están formados por lo que quieres hacer cuando las cosas no van a tu manera, o te estás sintiendo deprimido o aburrido y quieres la gratificación inmediata.

El Salmo 73:25 dice: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.” El Salmo 16:11 enseña," En Tu presencia hay plenitud de gozo.” Mientras que el Salmo 91:2 dice: "Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré." La masturbación puede fácil y cautelosamente convertirse en un sustituto de tu relación con Dios y con los demás.

La masturbación va en contra del auto-control que se nos manda a desarrollar como cristianos.

Luchar en esta área es una excelente oportunidad para confiar en Dios y pedir Su gracia en lugar de alimentar los deseos de la carne. Sé que es difícil. Esta puede ser una lucha incluso para una persona casada. Con toda honestidad, a veces como casados no queremos la "molestia" de tener que "realizar" todo lo necesario para una buena intimidad con nuestro cónyuge y sólo queremos un alivio rápido. Si permites que la masturbación sea una práctica regular, es posible que las relaciones sexuales con tu cónyuge sean menos satisfactorias y más frustrantes.

Hay muchos versículos en la Escritura que muestran nuestra necesidad de dominio propio. Considere: Proverbios 25:28; 1 Tesalonicenses 4: 3-6; y 2 Timoteo 1: 7.

La masturbación a menudo enciende una llama que nunca puede tener suficiente.

Si tú abres la puerta y le das rienda suelta a esta área, entonces necesitarás más y más para conseguir el mismo nivel de satisfacción que tuviste antes. Sentirás la necesidad de pasar a otras cosas (pornografía, fantasías) para obtener el mismo nivel de placer. En lugar de satisfacerlo, provocas sed por más y te deja sintiéndote muy vacío.

Jeremías 2:13 dice: "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua." La masturbación es una cisterna rota que no puede retener el agua. Para mantenerse satisfecho exige más y más de lo mismo y luego exige variedad, algo nuevo. Terminas en un estado de conmoción perpetua con muy poca satisfacción.

La masturbación a menudo trae culpa y distracción que impide nuestro caminar con Dios.

Pedro enseña: "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma." (1 Pedro 2:11). Muy a menudo, cuando esta área de lujuria física se agita, hay guerra contra el lado espiritual. Nos sentimos sucios y pensamos que no podemos acercarnos a Dios.

Romanos 13:14 explica: "…sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne". A menudo, la masturbación nos lleva a gastar una cantidad excesiva de tiempo pensando en ello... llevándonos a ello... y cómo lo haremos la próxima vez, etc.

Conclusión

Sobre la base de los principios del amor bíblico y el auto-control, así como el fundamento del diseño original de Dios para el placer sexual que debe compartirse entre marido y mujer, parece prudente resistir personalmente a la tentación de masturbarse, y parece importante para nosotros enseñar a nuestros chicos los peligros de ceder a esta tentación.

CARACTERÍSTICAS DE UNA IGLESIA BÍBLICA

Creemos que la iglesia local es el punto focal del plan de Dios para manifestar su gloria a las naciones. Nuestra visión debe ser simple: iglesias que reflejen el carácter de Dios. Nuestra misión cultivar y animar iglesias caracterizadas por estas nueve marcas:

1. Predicación Expositiva
Esta es la predicación la cual expone lo que la Escritura dice en un pasaje en particular, explicando cuidadosamente su significado y aplicándolo a la congregación. Es un compromiso escuchar la Palabra de Dios y recuperar la centralidad de ella en nuestra adoración.
2. Teología Bíblica
Pablo encarga a Tito a “enseñar lo que esté de acuerdo a la sana doctrina” (Tito 2:1). Nuestra preocupación debe ser no solo con el como enseñamos, sino que es lo que enseñamos. La Teología Bíblica es un compromiso de conocer al Dios de la Biblia tal y como Él se ha revelado en la Escritura.
3. Entendimiento Bíblico de las Buenas Nuevas
El Evangelio es el corazón del cristianismo. Pero las buenas nuevas no son que Dios quiera satisfacer las necesidades de las personas o el ayudarlas a desarrollar una auto-imagen mas sana. Nos hemos rebelado pecaminosamente en contra de nuestro Creador y Juez. Pero el bondadosamente envió a Su Hijo a morir la muerte que merecíamos por nuestro pecado, y Él ha acreditado la absolución de Cristo a aquellos que se arrepienten de sus pecados y creen en la muerte y resurrección de Jesús. ¡Esas son las buenas nuevas!
4. Entendimiento Bíblico de la Conversión
El cambio espiritual de cada persona necesita ser tan radical, tan cerca a nuestra raíz, que solo Dios puede hacerlo. Necesitamos que Dios nos convierta. La conversión no necesita ser una experiencia emocionalmente candente. Pero si debe evidenciarse de fruto santo si ha de ser lo que la Biblia considera una verdadera conversión.
5. Entendimiento Bíblico del Evangelismo
El como alguien comparte el Evangelio está cercanamente relacionado al como él entiende el Evangelio. Presentarlo como algo adicional que proporciona a los no cristianos algo que ellos naturalmente desean (por ejemplo: gozo o paz) es presentar una media verdad, lo cual provoca falsas conversiones. Toda la verdad es que nuestra necesidad mas profunda es la vida espiritual, y que la nueva vida solo viene al arrepentiros de nuestros pecado y creer en Jesús. Presentamos el evangelio abiertamente, y dejamos la conversión a Dios.
6. Entendimiento Bíblico de la Membresía
La membresía debe reflejar un compromiso vivo a una iglesia local en asistencia, dar, oración y servicio, de otro modo sería sin sentido, sin valor e incluso peligroso. No debemos permitir mantener la membresía de personas en nuestras iglesias por razones sentimentales o por una falta de atención. Ser miembro es estar intencionalmente viajando juntos como extranjeros en este mundo mientras nos dirigimos a nuestro hogar celestial.
7. Disciplina Bíblica de la Iglesia
La disciplina de la iglesia nos da los parámetros de la membresía de la iglesia. La idea hoy en día parece negativa a las personas –“¿no nos prohíbe el Señor juzgar?” Pero si no podemos decir como un cristiano debe vivir, ¿Cómo podemos decirle a él o ella como vivir? Cada iglesia local realmente tiene una responsabilidad bíblica de juzgar la vida y la enseñanza de sus líderes, y aún de sus miembros, especialmente al grado en que cada uno pueda comprometer el testimonio de la iglesia al Evangelio.
8. Promoción del Discipulado y Crecimiento Cristiano
Existe hoy una penetrante preocupación con el crecimiento de la iglesia –no solamente con el crecimiento numérico, sino con el crecimiento de los miembros. Aunque muchos cristianos miden otras cosas, la única señal observable de crecimiento es una vida de santidad creciente, teniendo su raíz en una abnegación cristiana- estos conceptos son casi extintos en la iglesia moderna. Recuperar el verdadero discipulado para hoy edificará a la iglesia y promoverá un testimonio mas claro al mundo.
9. Entendimiento Bíblico del Liderazgo
En lo que a menudo están de acuerdo los bautistas del siglo dieciocho y los presbiterianos es con respecto que si debe haber una pluralidad de ancianos en cada iglesia local. Esta pluralidad de ancianos no es solo bíblica, sino práctica –tiene un gran beneficio en complementar los dones del pastor para asegurar una guía apropiada de la iglesia de Dios.Al identificar y promover estas nueve marcas, no intentamos imponer una lista exhaustiva y autoritativa. Hay otras marcas importantes de las iglesias saludables, como la oración y el compañerismo. Las cuales queremos seguir también nosotros, y queremos que usted las siga también con nosotros. Pero estas nueve marcas son las que creemos que son las mas descuidadas hoy en la mayoría de las iglesias locales, con las mas dañinas ramificaciones. Únase a nosotros en cultivar iglesias que reflejen el carácter de Dios.


11 Razones para estudiar hermenéutica Bíblica


Cuando hablamos de la Biblia, estamos hablando de un tema sumamente importante. Por consiguiente, es imperativo que el estudiante de la Biblia preste mucha atención a los principios que nos ayudan a “usar bien la Palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

Así que, con esto en mente, hacemos la pregunta: ¿Porque es importante estudiar el tema de la Hermenéutica? Favor de considerar las siguientes razones:

1. La Hermenéutica nos ayuda a conocer los principios básicos para una interpretación correcta.

Todo cristiano debería comprender la forma básica para leer la Biblia y así facilitar la tarea de interpretación de la misma.

2. Dios desea que usemos bien Su Palabra (2 Timoteo 2:15).

La Biblia nos enseña que debemos usar bien la Palabra de Dios, ya que no hacerlo en forma correcta acarrea condenación y está en juego la salvación de tu alma y de todos los que te oyeren.

3. Dios desea que crezcamos en el conocimiento de Su Palabra (2 Pedro 3:18).

No hay nada más importante en la vida que conocer a Dios a través de su Palabra, no hay forma de crecer y ser semejantes a Cristo sin estudiar su doctrina, es común escuchar que la doctrina no es importante, pero esa es una de las mentiras más utilizadas por el diablo para tener al pueblo sin conocimiento, la Biblia es clara y dice que el pueblo de Dios pereció porque le faltó conocimiento.

4. Dios desea que no vayamos mas allá de lo que está escrito (1 Corintios 4:6).

Recuerden que en el libro de Apocalipsis se nos manda a no agregar nada a lo que ya está escrito, ya que hacer esto es ir en contra de la Palabra de Dios, es más, el apóstol Pablo escribió que todo aquel que cambie el Evangelio está maldito, debemos tener muy presenta esta advertencia en nuestro corazón.

5. Dios desea que conozcamos Su Palabra (Juan 8:32; 1 Timoteo 2:4; Efesios 3:4; Efesios 5:17).

Si queremos conocer a Cristo sólo lo podremos hacer a través del estudio exhaustivo de la Biblia, no es posible hacerlo a través de otros medios, Jesús mismo dijo que las Escrituras dan testimonio de Él.

6. Hay consecuencias cuando nos apartamos de la Palabra (2 Juan 9-11; 2 Pedro 3:15-17; 2 Tesalonicenses 2:11-12).

Claramente tenemos que huir de la condenación que nos advierte la Biblia, si queremos ser maestros de la Biblia esta nos dice que debemos de enseñar correctamente ya que de no ser así traerá mayor condenación, el juicio de Dios será más duro sobre aquellos que enseñaban mal su Palabra.

7. Cada estudiante tiene la responsabilidad de interpretar correctamente la Biblia (1 Pedro 4:11).

Debemos tener la misma costumbre de los hermanos de Berea que señala el libro de Hechos, que ellos inmediatamente que alguien les enseñaba ellos escudriñaban para ver si realmente les estaban enseñando correctamente. Hoy en día muchos cristianos no juzgan las enseñanzas y creen todo lo que les dicen los “pastores y predicadores”.

8. Dios espera que prediquemos fielmente Su Palabra (Jeremías 23:23-28).

En el libro de Jeremías leemos que había “profetas” en Israel que engañaban al pueblo de Dios, diciendo que habían soñado cosas que supuestamente venían de parte del Señor, cuando la realidad es que era mentira, tal era el engaño de estos hombres que llevaron a Israel a la adoración a Baal.

9. Para no enseñar el error y predicar fuera de contexto (2 Timoteo 2:15).

Es común escuchar las predicaciones de los famosos predicadores y ver que todo está fuera de contexto. Dice el dicho “un texto fuera de contexto es un pretexto”.

10. Para poder enseñar a otros lo que hemos aprendido (2 Timoteo 2:2).

La Biblia nos manda a enseñar a otros conforme a lo escrito, no nuestras propias ideas, métodos o cosas que el hombre inventa, sino exclusivamente el Evangelio de Cristo, la enseñanza bíblica pura y fiel.

11. Para dar la honra y la gloria a nuestro Dios.

Si hacemos todo lo anterior correctamente, daremos la supremacía a la Palabra de Dios y así estaremos dándole gloria por su hermosa Palabra.

Estas son solo algunas de las razones del porque debemos estudiar el tema de la Hermenéutica. Espero en Dios que todos seamos fieles a la interpretación bíblica de las Sagradas Escrituras.

¿Existen profetas en la actualidad?

Me hicieron esta pregunta en un correo electrónico. Me hicieron mucho esta pregunta, y quería una respuesta concisa que pueda cortar y pegar en el futuro.
¿Hay algo que deba agregar o reemplazar para que la respuesta sea más clara y útil?
La respuesta corta es: no, no hay profetas hoy, si lo que quiere decir con “profeta” es una persona que suministra nueva revelación de Dios.
Algunas iglesias en la historia (por ejemplo, los puritanos estadounidenses y británicos en el siglo XVI) se referían a sus pastores y predicadores como profetas, pero solo predicaban lo que estaba en la Biblia.
Hoy en el movimiento Carismático, que comenzó en California y se movió por todo Estados Unidos, Canadá y ahora en todo el mundo, existe la creencia de que Dios está dando una nueva revelación a través de los profetas. Pero esto es un error
En la Biblia…
1. Los profetas fueron comisionados por Dios o Jesús directamente, o por medio de un ángel (ver Jeremías, Isaías, Moisés, Juan el Bautista, Pablo, los 12 Apóstoles, etc.)
2. Los profetas fueron considerados infalibles y autoritativos, lo que significa que debes obedecer su profecía y siempre fue 100% sin error.
3. Los profetas pudieron probar su comisión de Dios haciendo milagros u otra prueba sobrenatural provista por Dios.
Lo que vemos hoy en el movimiento carismático es personas autodenominada y equivocadas que no pueden hacer milagros o proporcionar ninguna evidencia de su comisión.
Habrá dos profetas en los últimos días, podrán hacer milagros imposibles de probar para demostrar su autenticidad (Apoc. 11:3-12).
Hasta entonces no hay profetas porque él tiene la revelación completa de Dios en la Biblia y todo lo que necesitamos saber acerca de Jesús y sus enseñanzas.
Hebreos 1:1-2 Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo…
2 Pedro 1: 18-21 y nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo cuando estábamos con El en el monte santo. Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones. Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.
Y el último libro de la Biblia termina con estas palabras …
Apoc. 22:18 Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
Autor: Clint Archer.
_________________________________________
¿Existen profetas en la actualidad?

El don de profecía parece haber sido un don temporal dado por Cristo para establecer la iglesia. Los profetas fueron fundamentales para la iglesia (Efesios 2:20). El profeta proclamaba un mensaje de parte del Señor para los creyentes del primer siglo. A veces el mensaje de un profeta era revelador (una nueva revelación y verdad de Dios), y a veces el mensaje de un profeta era profético (ver Hechos 11:28 y 21:10). Los cristianos primitivos no tenían la Biblia completa, y algunos de ellos no tuvieron acceso a ninguno de los libros del Nuevo Testamento. Los profetas del Nuevo Testamento "suplieron la carencia," proclamando el mensaje de Dios a las personas que no tenían acceso a éste de otro modo. El último libro del Nuevo Testamento (el Apocalipsis) no fue completado sino hasta finales del primer siglo. Así que, el Señor envió a profetas a su pueblo para proclamar la Palabra de Dios.

¿Existen en la actualidad verdaderos profetas? Si el propósito de un profeta era revelar la verdad de Dios, ¿por qué necesitaríamos profetas hoy, si ya tenemos la completa revelación de Dios en la Biblia? Si los profetas fueron el "fundamento" de la iglesia primitiva, ¿todavía estamos construyendo el "fundamento" hoy en día? ¿Puede Dios darle a alguien un mensaje para otra persona? ¡Desde luego! ¿Le revela Dios la verdad a alguien de una manera sobrenatural y le permite dar ese mensaje a otros? ¡Desde luego! Pero ¿es este el don bíblico de la profecía? No.

Cuando una persona afirma estar hablando de parte de Dios (la esencia de la profecía), la clave es comparar lo que él o ella dicen con lo que dice la Biblia. Si Dios hablara en la actualidad a través de una persona, el mensaje concordaría completamente con lo que Dios ya ha dicho en la Biblia. Dios no se contradice. 1 Juan 4:1 nos dice: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." 1 Tesalonicenses 5:20-21 declara: "No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo. Retened lo bueno." Entonces, ya sea una "palabra del Señor" o una supuesta profecía, nuestra respuesta debe ser la misma. Compare lo dicho con lo que dice la Palabra de Dios. Si contradice la Biblia, deséchela. Si concuerda con la Biblia, pida sabiduría y discernimiento para saber cómo aplicar el mensaje (2 Timoteo 3:16-17; Santiago 1:5).

Bienvenidos

Aquí encontrarán todo lo relacionado a la Biblia, la Palabra de Dios. El fin es que el cuerpo de Cristo sea totalmente edificado en ella, y no solo conozca de ella, sino que conozca al Dios verdadero mediante ella. El enfoque es presentar el cáracter de Dios, Su perfecta personalidad y esencia para tener un conocimiento completo y detallado de quién es Él y cual es Su orden establecido para el bienestar del ser humano.

Todo el material de ésta página tiene el propósito de brindar educación bíblica en la mayor cantidad de areas posibles para que el creyente tenga una idea clara, estable, completa, segura y aplicable de la voluntad perfecta de Dios en Su Palabra su vida personal.

Gracia y Paz en Cristo.
Si tiene uso de tarjeta de crédito desde muchos países se puede enviar una ofrenda con PayPal. No es necesario tener cuenta con PayPal para participar. Gracias por su donación.